Aspectos a considerar
El oro es un metal precioso que se utiliza principalmente, casi en un 70% de la producción, para fabricar joyas y objetos suntuosos, pero que además se utiliza en computadoras, aparatos de comunicación, naves espaciales, motores de aviones, y otros productos de la industria debido a su conductividad eléctrica y resistencia a la corrosión.
También se puede utilizar al oro como una inversión de resguardo de valor a largo plazo en tiempos difíciles como nos ha enseñado el siglo XX, donde las sucesivas corridas hacia el metal precioso eran en realidad huidas desde sistemas monetarios en crisis ante la perdida de valor de sus monedas u otros bienes más riesgosos. Igualmente, que el oro sirva como resguardo de valor, no significa que represente una inversión en si, porque este no asegura una renta futura, solo asegura el resguardo de capital, ante situaciones de instabilidad económica.
Sus orígenes como reserva de valor son muy antiguos, los historiadores señalan que en el siglo VI, antes de la era cristiana, los reyes de Persia ya hacían circular monedas de oro. Luego tuvo épocas de esplendor y de decadencia, por ejemplo después de la caída del imperio romano. Pero con la irrupción y victoria del mundo moderno, a partir de los siglos XV y XVI, su reinado se instaló nuevamente y hacia el 1900, un patrón-oro universal gobernaba al mundo económico. Más adelante, sobre todo después de los acuerdos de Bretton Woods en 1944, pasó a considerárselo como algo del pasado destinado a desparecer, para finalmente, en la era de la globalización neoliberal (y su culto por el dinero virtual), su muerte parecía definitivamente asegurada.
Su precio, como el de todos los bienes, se forma en base a la demanda que este tenga, y según muestra la historia existe un paralelismo casi calcado que las subas se producen ante caídas en el precio del dólar o ante inestabilidades en los mercados financieros para resguardar el dinero producto del crecimiento económico anterior.
Existe un índice llamado Grim creado por el asesor en inversiones especializado en oro Peter Bernstein que indica el precio del oro comparado con el de otras materias primas industriales. Cuando el oro cambia de precio junto con esas otras materias primas, es una señal de que la dinámica básica de la economía funciona. Los precios aumentan cuando la economía mundial crece y caen cuando hay mas oferta que demanda de commodities. Pero, según este índice, cuando el precio del oro se dispara y los precios de otras materias primas no, eso significa que los inversores consideran al oro como un refugio para su dinero antes de una crisis, que fue lo que ocurrió a fines de la década del 70.
De las dos razones anteriormente expuestas, la inestabilidad monetaria es la que juega un papel mas preponderante a la hora de definir el valor del oro, ya que al ser un activo que no genera renta, una ves que las monedas se estabilizan o la tasa de interés sube lo suficiente como para detener el consumo o generar una renta mas atractiva con otros activos, su precio se debilita. Hay que tener en cuenta, que a diferencia de los otros commodities como el petróleo o los alimentos, el oro que se encuentra queda en el mercado, no se consume, por lo tanto a largo plazo siempre su valor se debilitara. Aparte, la eficiencia obtenida a lo largo de los años en la explotación de oro, hace que cada vez exista una mayor oferta.
Habiendo analizado de una manera sencilla las variables que determinan el precio del oro continuaremos viendo en que situación se encuentra y que es lo que podría suceder en los próximos años.
Análisis al 01/08/07
El oro, al igual que casi todos los commodities, estuvo subiendo de precio de una manera fenomenal en los últimos 6 años, situándose en estos momentos en alrededor de u$s 800 la onza, muy cerca de su nivel máximo de u$s 850 alcanzado a principios de la década de los ochenta. El precio subió desde los u$s 100 en 1975 a u$s 850 a principios de 1980, para después bajar casi un 60% hasta el año 1999, en donde comenzó a subir nuevamente.
El precio del oro empieza a reaccionar en el año 2000 por la inestabilidad de la moneda norteamericana y por el crecimiento de la economía mundial, que al presentar algunos desequilibrios importantes, comienza a jugar un papel preponderante de resguardo de capital.
Hoy la situación económica se complica ya que la realidad financiera presente contiene elementos decisivos sin paralelos en la historia moderna. Existen masas de capitales virtuales, como los negocios con "derivados" (cuya dimensión equivale a varias veces el producto bruto mundial), la burbuja inmobiliaria global, los fondos monetarios circulando en las bolsas y la marea de dólares creciendo al ritmo de los déficits de EE.UU. que desbordan desde hace tiempo los espacios productivos de absorción de inversiones y que en consecuencia han engendrado una sucesión de burbujas especulativas, que harían que si solo una porción menor, pero significativa, de esa masa critica de dinero se vuelque hacia el oro, su precio continúe subiendo ininterrumpidamente.
Al mismo tiempo se ha ido haciendo insostenible la nueva prosperidad norteamericana empujada por la baja de las tasas de interés, los déficits fiscales, comerciales y del balance de pagos, el crecimiento de las deudas públicas y privadas, y sobre todo, la expansión mucho mayor de la burbuja inmobiliaria en sustitución de la burbuja de Internet. La burbuja inmobiliaria, base del crecimiento de la demanda interna en EE.UU. y en consecuencia del mantenimiento de un buen ritmo del crecimiento de la economía mundial, gracias a sus exportaciones hacia los Estados Unidos, hacen que China sigua creciendo a tasas récord arrastrando a Asia del Este, y haciendo que Europa occidental y Japón absorban los beneficios directos e indirectos de la expansión consumista estadounidense. Pero esta segunda prosperidad es tan o más frágil que la anterior (los desequilibrios de la economía norteamericana no podían crecer indefinidamente). Ahora la burbuja inmobiliaria empieza a dar las primeras señales de desinfle, y después de 6 años de subas ininterrumpidas los expertos aconsejan invertir en petróleo, oro y alimentos, generando, quizás, la tercer burbuja especulativa sucesiva.
A raíz de esto muchos analistas prevén que si la perspectiva del dólar permanece débil y con nuevos recortes de las tasas de interés norteamericanas, el oro podría verse desafiado a superar el nivel psicológico de los 900 dólares y luego quizás el de los 1.700 dólares
Otros especulan que la corriente favorable al oro, iniciada según el gráfico en torno de 2001, debería prolongarse por lo menos durante toda la década actual, mas precisamente hasta el año 2015, al continuar con la estadística que indica plazos de 14 años según los periodos anteriormente transcurrido entre el máximo (1929) y el mínimo (1943) y el de 1966 a 1980.
Nosotros consideramos que el precio del oro podría seguir subiendo influenciado principalmente por los factores anteriormente mencionados, pero también consideramos que el techo llegara pronto, porque justamente la suba fue producto de ello, y una vez que se sepa que la economía norteamericana este en recesión, el precio tendera a reducirse desde sus máximos. Lo difícil es saber cuando lo hará, ya que todo dependerá de la política de tasas de interés norteamericana.
Como vimos el oro siempre fue utilizado como refugio de valor del capital, y como vemos, hoy no es la excepción. Para invertir en este producto de forma directa se recomienda comprar el Kruger Rand, que es una moneda Sudafricana que pesa justamente 1 onza.
Hay que tener en cuenta que este es un tipo de inversión a mediano plazo debido al alto spread que existe entre los precios de compra y de venta. Por lo tanto solo recomendamos invertir en este tipo de activos a los inversores muy conservadores y solo un 15% de sus ahorros. En el caso que desee invertir desde el mercado bursátil, en Argentina existen los llamados ETF que son índices que reflejan el valor de determinados commodities. Por lo tanto es como si se estuviera invirtiendo en oro ya que su valor refleja sus incrementos o disminuciones en su precio. Los ETF se comercializan en los principales agentes de bolsa nacionales, y son muy fáciles de operar.
Análisis al 01/08/08
La confirmación de que la crisis del crédito y ahora de la inflación, esta afectando la evolución de los mercados en el 2008 y las crecientes dudas sobre la posibilidad de que tanto Estados Unidos como Europa entren en recesión está provocando un retorno a los valores refugio por excelencia como el oro.
Ante este panorama y espoleados por la subida a máximos del petróleo sobre U$S 140 y la depreciación del dólar, los inversores han apostado fuerte por el áureo metal, que ha marcado una nueva plusmarca a casi U$S 1.000 la onza, aunque ahora se encuentre en U$S 922. En este sentido, el oro es visto como un escudo contra la inflación, atizada en muchos países por los mayores precios petroleros.
Sin embargo, si hacemos un poco de historia el oro no siempre es una inversión rentable, ya que si nos remontáramos a finales de los años ochenta cuando el precio de la onza de oro llego a cotizar U$S 850 podemos ver que la rentabilidad a lo largo de casi 30 años fue inexistente. En cambio una inversión de U$S 100 invertidos en el índice de acciones Standard & Poor’s 500 a fin de los años ochenta habría aumentado a U$S 1500.
De esta manera podemos determinar que el oro no es una buena inversión a largo plazo, y que es muy importante conocer el timing en la evolución de su precio, ya que se revaloriza y desvaloriza rápidamente dependiendo de la confianza o desconfianza que muestre la economía. El oro solo gana fuerza en mercados como los actuales en donde no se conoce con exactitud lo que pasara con las monedas y la inflación.
Según el autor del libro Stocks for the long Run un dólar invertido en oro en 1801 valdría U$D 1.96 a finales de 2006, mientras que un dólar invertido en un portfolio de acciones que reflejara al mercado americano habría alcanzado un valor superior a 755.000 dólares.
Hoy, invertir en oro es muy simple, mas simple que antiguamente, ya que se puede invertir sin necesariamente tener que acarrear los costos de almacenamiento y trasporte. La vez pasada habíamos hablado de las monedas físicas y los ETF como instrumentos de inversión, pero también existen empresas como la Street Tracks Gold Trust, que es un fondo que comercializa acciones que representan un décimo de una onza de oro. Los contratos futuros de oro que se comercializan en la bolsa de NY son otra alternativa, pero sin embargo este tipo de instrumento es solo para grandes jugadores o especuladores profesionales debido a que los precios de los contratos involucran grandes montos y son demasiado volátiles.
Mientras la perspectiva del dólar permanezca débil y exista la posibilidad de un crecimiento de la inflación mayor al esperado, el oro podría seguir subiendo. Pero visto la decisión del Banco Europeo a principios de julio de este año de subir su tasa de referencia, se podría considerar que EE.UU. haga lo mismo próximamente, lo que afectaria de manera desfavorable el precio de este bien.
Consideramos que una pequeña reserva de oro puede ser interesante para el pequeño inversor que desea la tranquilidad derivada de un activo que mantiene su valor, incluso en las peores crisis económicas. Solo una porción modesta de la cartera, como ser el 10%, podría estar invertida en oro, pero a los precios actuales, el precio pagado podría llegar a ser una política de seguro demasiada elevada, porque como vimos, a largo plazo las inversiones en oro son casi siempre decepcionantes.
Como los mercados se anticipan a los ciclos, la cotización del oro no comenzó a subir este año, sino que lo viene haciendo desde hace 7 años, por lo tanto, los que buscaron al oro como refugio por la perdida de valor del dólar y de las acciones ya lo hicieron, es decir, que el que compro oro a principios del año 2000 ya obtuvo una renta del 200% en dólares y se mantuvo al margen de la perdida del valor del dólar frente a las demás monedas y de las acciones durante 7 años. Lo que podría pasar ahora es que ese muy buen negocio podría estar llegando a su fin y significar que quizás, ya sea momento de comenzar a desprenderse del oro adquirido anteriormente y comenzar a posicionarse de a poco en acciones de empresas americanas ante la inestabilidad y rentas decepcionantes que estas presentan.
El oro es un metal precioso que se utiliza principalmente, casi en un 70% de la producción, para fabricar joyas y objetos suntuosos, pero que además se utiliza en computadoras, aparatos de comunicación, naves espaciales, motores de aviones, y otros productos de la industria debido a su conductividad eléctrica y resistencia a la corrosión.
También se puede utilizar al oro como una inversión de resguardo de valor a largo plazo en tiempos difíciles como nos ha enseñado el siglo XX, donde las sucesivas corridas hacia el metal precioso eran en realidad huidas desde sistemas monetarios en crisis ante la perdida de valor de sus monedas u otros bienes más riesgosos. Igualmente, que el oro sirva como resguardo de valor, no significa que represente una inversión en si, porque este no asegura una renta futura, solo asegura el resguardo de capital, ante situaciones de instabilidad económica.
Sus orígenes como reserva de valor son muy antiguos, los historiadores señalan que en el siglo VI, antes de la era cristiana, los reyes de Persia ya hacían circular monedas de oro. Luego tuvo épocas de esplendor y de decadencia, por ejemplo después de la caída del imperio romano. Pero con la irrupción y victoria del mundo moderno, a partir de los siglos XV y XVI, su reinado se instaló nuevamente y hacia el 1900, un patrón-oro universal gobernaba al mundo económico. Más adelante, sobre todo después de los acuerdos de Bretton Woods en 1944, pasó a considerárselo como algo del pasado destinado a desparecer, para finalmente, en la era de la globalización neoliberal (y su culto por el dinero virtual), su muerte parecía definitivamente asegurada.
Su precio, como el de todos los bienes, se forma en base a la demanda que este tenga, y según muestra la historia existe un paralelismo casi calcado que las subas se producen ante caídas en el precio del dólar o ante inestabilidades en los mercados financieros para resguardar el dinero producto del crecimiento económico anterior.
Existe un índice llamado Grim creado por el asesor en inversiones especializado en oro Peter Bernstein que indica el precio del oro comparado con el de otras materias primas industriales. Cuando el oro cambia de precio junto con esas otras materias primas, es una señal de que la dinámica básica de la economía funciona. Los precios aumentan cuando la economía mundial crece y caen cuando hay mas oferta que demanda de commodities. Pero, según este índice, cuando el precio del oro se dispara y los precios de otras materias primas no, eso significa que los inversores consideran al oro como un refugio para su dinero antes de una crisis, que fue lo que ocurrió a fines de la década del 70.
De las dos razones anteriormente expuestas, la inestabilidad monetaria es la que juega un papel mas preponderante a la hora de definir el valor del oro, ya que al ser un activo que no genera renta, una ves que las monedas se estabilizan o la tasa de interés sube lo suficiente como para detener el consumo o generar una renta mas atractiva con otros activos, su precio se debilita. Hay que tener en cuenta, que a diferencia de los otros commodities como el petróleo o los alimentos, el oro que se encuentra queda en el mercado, no se consume, por lo tanto a largo plazo siempre su valor se debilitara. Aparte, la eficiencia obtenida a lo largo de los años en la explotación de oro, hace que cada vez exista una mayor oferta.
Habiendo analizado de una manera sencilla las variables que determinan el precio del oro continuaremos viendo en que situación se encuentra y que es lo que podría suceder en los próximos años.
Análisis al 01/08/07
El oro, al igual que casi todos los commodities, estuvo subiendo de precio de una manera fenomenal en los últimos 6 años, situándose en estos momentos en alrededor de u$s 800 la onza, muy cerca de su nivel máximo de u$s 850 alcanzado a principios de la década de los ochenta. El precio subió desde los u$s 100 en 1975 a u$s 850 a principios de 1980, para después bajar casi un 60% hasta el año 1999, en donde comenzó a subir nuevamente.
El precio del oro empieza a reaccionar en el año 2000 por la inestabilidad de la moneda norteamericana y por el crecimiento de la economía mundial, que al presentar algunos desequilibrios importantes, comienza a jugar un papel preponderante de resguardo de capital.
Hoy la situación económica se complica ya que la realidad financiera presente contiene elementos decisivos sin paralelos en la historia moderna. Existen masas de capitales virtuales, como los negocios con "derivados" (cuya dimensión equivale a varias veces el producto bruto mundial), la burbuja inmobiliaria global, los fondos monetarios circulando en las bolsas y la marea de dólares creciendo al ritmo de los déficits de EE.UU. que desbordan desde hace tiempo los espacios productivos de absorción de inversiones y que en consecuencia han engendrado una sucesión de burbujas especulativas, que harían que si solo una porción menor, pero significativa, de esa masa critica de dinero se vuelque hacia el oro, su precio continúe subiendo ininterrumpidamente.
Al mismo tiempo se ha ido haciendo insostenible la nueva prosperidad norteamericana empujada por la baja de las tasas de interés, los déficits fiscales, comerciales y del balance de pagos, el crecimiento de las deudas públicas y privadas, y sobre todo, la expansión mucho mayor de la burbuja inmobiliaria en sustitución de la burbuja de Internet. La burbuja inmobiliaria, base del crecimiento de la demanda interna en EE.UU. y en consecuencia del mantenimiento de un buen ritmo del crecimiento de la economía mundial, gracias a sus exportaciones hacia los Estados Unidos, hacen que China sigua creciendo a tasas récord arrastrando a Asia del Este, y haciendo que Europa occidental y Japón absorban los beneficios directos e indirectos de la expansión consumista estadounidense. Pero esta segunda prosperidad es tan o más frágil que la anterior (los desequilibrios de la economía norteamericana no podían crecer indefinidamente). Ahora la burbuja inmobiliaria empieza a dar las primeras señales de desinfle, y después de 6 años de subas ininterrumpidas los expertos aconsejan invertir en petróleo, oro y alimentos, generando, quizás, la tercer burbuja especulativa sucesiva.
A raíz de esto muchos analistas prevén que si la perspectiva del dólar permanece débil y con nuevos recortes de las tasas de interés norteamericanas, el oro podría verse desafiado a superar el nivel psicológico de los 900 dólares y luego quizás el de los 1.700 dólares
Otros especulan que la corriente favorable al oro, iniciada según el gráfico en torno de 2001, debería prolongarse por lo menos durante toda la década actual, mas precisamente hasta el año 2015, al continuar con la estadística que indica plazos de 14 años según los periodos anteriormente transcurrido entre el máximo (1929) y el mínimo (1943) y el de 1966 a 1980.
Nosotros consideramos que el precio del oro podría seguir subiendo influenciado principalmente por los factores anteriormente mencionados, pero también consideramos que el techo llegara pronto, porque justamente la suba fue producto de ello, y una vez que se sepa que la economía norteamericana este en recesión, el precio tendera a reducirse desde sus máximos. Lo difícil es saber cuando lo hará, ya que todo dependerá de la política de tasas de interés norteamericana.
Como vimos el oro siempre fue utilizado como refugio de valor del capital, y como vemos, hoy no es la excepción. Para invertir en este producto de forma directa se recomienda comprar el Kruger Rand, que es una moneda Sudafricana que pesa justamente 1 onza.
Hay que tener en cuenta que este es un tipo de inversión a mediano plazo debido al alto spread que existe entre los precios de compra y de venta. Por lo tanto solo recomendamos invertir en este tipo de activos a los inversores muy conservadores y solo un 15% de sus ahorros. En el caso que desee invertir desde el mercado bursátil, en Argentina existen los llamados ETF que son índices que reflejan el valor de determinados commodities. Por lo tanto es como si se estuviera invirtiendo en oro ya que su valor refleja sus incrementos o disminuciones en su precio. Los ETF se comercializan en los principales agentes de bolsa nacionales, y son muy fáciles de operar.
Análisis al 01/08/08
La confirmación de que la crisis del crédito y ahora de la inflación, esta afectando la evolución de los mercados en el 2008 y las crecientes dudas sobre la posibilidad de que tanto Estados Unidos como Europa entren en recesión está provocando un retorno a los valores refugio por excelencia como el oro.
Ante este panorama y espoleados por la subida a máximos del petróleo sobre U$S 140 y la depreciación del dólar, los inversores han apostado fuerte por el áureo metal, que ha marcado una nueva plusmarca a casi U$S 1.000 la onza, aunque ahora se encuentre en U$S 922. En este sentido, el oro es visto como un escudo contra la inflación, atizada en muchos países por los mayores precios petroleros.
Sin embargo, si hacemos un poco de historia el oro no siempre es una inversión rentable, ya que si nos remontáramos a finales de los años ochenta cuando el precio de la onza de oro llego a cotizar U$S 850 podemos ver que la rentabilidad a lo largo de casi 30 años fue inexistente. En cambio una inversión de U$S 100 invertidos en el índice de acciones Standard & Poor’s 500 a fin de los años ochenta habría aumentado a U$S 1500.
De esta manera podemos determinar que el oro no es una buena inversión a largo plazo, y que es muy importante conocer el timing en la evolución de su precio, ya que se revaloriza y desvaloriza rápidamente dependiendo de la confianza o desconfianza que muestre la economía. El oro solo gana fuerza en mercados como los actuales en donde no se conoce con exactitud lo que pasara con las monedas y la inflación.
Según el autor del libro Stocks for the long Run un dólar invertido en oro en 1801 valdría U$D 1.96 a finales de 2006, mientras que un dólar invertido en un portfolio de acciones que reflejara al mercado americano habría alcanzado un valor superior a 755.000 dólares.
Hoy, invertir en oro es muy simple, mas simple que antiguamente, ya que se puede invertir sin necesariamente tener que acarrear los costos de almacenamiento y trasporte. La vez pasada habíamos hablado de las monedas físicas y los ETF como instrumentos de inversión, pero también existen empresas como la Street Tracks Gold Trust, que es un fondo que comercializa acciones que representan un décimo de una onza de oro. Los contratos futuros de oro que se comercializan en la bolsa de NY son otra alternativa, pero sin embargo este tipo de instrumento es solo para grandes jugadores o especuladores profesionales debido a que los precios de los contratos involucran grandes montos y son demasiado volátiles.
Mientras la perspectiva del dólar permanezca débil y exista la posibilidad de un crecimiento de la inflación mayor al esperado, el oro podría seguir subiendo. Pero visto la decisión del Banco Europeo a principios de julio de este año de subir su tasa de referencia, se podría considerar que EE.UU. haga lo mismo próximamente, lo que afectaria de manera desfavorable el precio de este bien.
Consideramos que una pequeña reserva de oro puede ser interesante para el pequeño inversor que desea la tranquilidad derivada de un activo que mantiene su valor, incluso en las peores crisis económicas. Solo una porción modesta de la cartera, como ser el 10%, podría estar invertida en oro, pero a los precios actuales, el precio pagado podría llegar a ser una política de seguro demasiada elevada, porque como vimos, a largo plazo las inversiones en oro son casi siempre decepcionantes.
Como los mercados se anticipan a los ciclos, la cotización del oro no comenzó a subir este año, sino que lo viene haciendo desde hace 7 años, por lo tanto, los que buscaron al oro como refugio por la perdida de valor del dólar y de las acciones ya lo hicieron, es decir, que el que compro oro a principios del año 2000 ya obtuvo una renta del 200% en dólares y se mantuvo al margen de la perdida del valor del dólar frente a las demás monedas y de las acciones durante 7 años. Lo que podría pasar ahora es que ese muy buen negocio podría estar llegando a su fin y significar que quizás, ya sea momento de comenzar a desprenderse del oro adquirido anteriormente y comenzar a posicionarse de a poco en acciones de empresas americanas ante la inestabilidad y rentas decepcionantes que estas presentan.
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