18 marzo 2008

Benjamin Graham

Las dos grandes escuelas que pusieron su sello en la polémica y en las preferencias inversoras del análisis bursátil han sido las de la "técnica" vs. las del "fundamentalismo”. Muchas son un mix de ambas, a veces hasta sin que lo sepan, como el propio Charles Dow, un padre de los técnicos que hoy es considerado como "padre" de lo fundamental.

Un personaje muy nombrado en la actualidad, Warren Buffet, resultó estudiante y discípulo de Graham, acaso el más exitoso. Personaje por nada académico y mucho de bohemio, basta apuntar que murió a los 82 años, en 1976, en una de sus tantas casas y en brazos de su última amante, la que justamente le había arrebatado a su propio hijo...

Dentro del terreno del análisis de acciones, Benjamín Graham escribió nada más y nada menos que el considerado "El libro", con el cual, transformó una disciplina y una normativa dispersa y basada en retazos, en una escuela de pensamiento confiable y científica.

Se convirtió en una leyenda de Wall Street, pionero en la inversión de papeles basada en el "valor", seleccionando los títulos en base a los números que conseguía con una cuidadosa investigación. Con esto reemplazaba seguir diariamente al mercado, prediciendo el futuro de su tendencia, o cuánto costarían las empresas en el mismo. Su forma de pensamiento, considerada esencialmente "conservadora", se volvió un impacto tras la Segunda Guerra y la filosofía más diseminada en los mercados en la época posterior.

Picaflor exitoso

Por debajo de sus éxitos y logros, había un Benjamín que también sembraba notorios amoríos. Decía justamente Warren Buffet que la pasión que sentía Graham por las mujeres, especialmente las rubias "oxigenadas", le era correspondida. "no era físicamente atractivo, pero tenía estilo...", diría Buffet, macizo, aunque adelgazó con la edad, bajo y tendiendo a la calvicie, el padre del fundamentalismo se llamaba originalmente Grossbaum (cambió su nombre en la Primera Guerra). Grandes labios gruesos, cara redonda, ojos azules claros, gruesos anteojos... en verdad, un "antihéroe" que igualmente poseía imán. Era una fuente de adagios, muy agudo, punzante, sensitivo, culto y también modesto. Cierta vez comentó que le gustaría hacer: "algo tonto, algo creativo y algo generoso, cada día...". Su sobrino y hombre de mercado, Richard Graham, recordaría que "tenía el hábito de mirar el reloj cortésmente y decir: "Creo que ya nos hemos tomado suficiente tiempo con este tema..."

Los comienzos

Graham llegó a Wall Street cuando tenía 20 años, recién salido de la Universidad de Columbia, en 1914. De inmediato comenzó la actividad como "pizarrero" en una agencia bursátil y ya para 1917 el empuje que llevaba lo había convertido en un analista reconocido del ambiente. Claro que en esa época, un "analista" no era otra cosa que un estadístico esforzado. Fue Graham quien rompió los moldes y comenzó a operar por cuenta propia con resultados asombrosos. Esto fue velozmente advertido por un amigo con sentido del marketing, el que le propuso fundar la Graham Newman Corporation y abandonar su anterior trabajo. Fue esta sociedad la que introdujo en el mercado "la inversión de valor". La labor de Graham era casi la de un mago de esos tiempos: descubrir "pichinchas" a través de investigación cuantitativa, para luego adquirir el control de aquellas empresas que se vendían por debajo de su "valor real" y así forzarlas a realzar sus activos.

Graham odiaba todos los instrumentos técnicos, como cartas y gráficos y desconfiaba de la fe ciega que ponían los inversores en directorios y gerenciamientos de prestigio, prefiriendo cotejar contra los fríos números. Así, ganancias, dividendos y el "valor libros", resultaban sus bases para una inversión razonable.

Asesor y escritor

Además de analista e inversor, Graham actuó como asesor financiero, tanto de individuos como de empresas, fue profesor en Columbia y UCLA y autor de muchos libros, siendo el mas famoso de ellos "Security Análisis", escrito en 1934.

Co-escribió con un colega de la universidad, David L. Dodd, el grueso volumen que fue conocido por todos en el mundo simplemente como "El Graham & Dodd". Detallaba toda su filosofía sobre la inversión. Era un conglomerado de información para todo público, de manera que en 1949, Graham lanzó un nuevo volumen, titulado "El inversor inteligente". Hacia la muerte de Graham, ambos libros llevaban unos 100.000 ejemplares vendidos. Hoy en día, esos libros venden más copias que en vida del autor, prueba de que es un clásico en el mundo del análisis bursátil.

Poco antes de su muerte, en 1976, Graham veía dificultades con tantos "researchs" dando vueltas, reconociendo también que se había volcado al grupo de los que cultivaban "el mercado eficiente". A pesar de disolver su firma en 1952, no se había quedado quieto y realizó estudios para demostrar que en medio siglo, aplicando algunos de los criterios de su análisis, superaba el rendimiento del Dow Jones en un "2x1".

Sus pensamientos

Graham sabía que muchas de las reglas de oro de 1914, cuando el empezó, eran apenas una curiosidad al pasar el tiempo, como por ejemplo: "una acción de ferrocarril es más segura que una industrial". Decía que las reglas que permanecen no se refieren a papeles, sino a su naturaleza y conducta humana. Algunas muy comunes, decía, son igualmente muy útiles, como:

- Si usted especula, lo más probable es que pierda todo su dinero al final.
- Compre cuando la mayoría de la gente es pesimista. Venda cuando son activamente optimistas.
- Investigue, luego invierta.

La parte más difícil e importante de la inversión sensata depende de las propias actitudes y temperamento del inversor, y esto no es afectado por el paso de los años.

También apuntaba que cuando muchos están "en el lado correcto del análisis" una acción puede haber descontado cualquier posible ganancia futura. Tampoco se puede ganar haciendo lo obvio, o lo más popular. Podría ganarse siguiendo el propio juicio, cuando la mayoría está equivocada. Pero este don está reservado para unos pocos. Por lo tanto, la adivinación no puede ser considerada como un atributo normal del inversor inteligente. Para los análisis demasiado sofisticado decía que: "En mis 40 años de experiencia en Wall Street, nunca vi un cálculo confiable sobre el valor de las acciones, que fuera más allá de la aritmética simple o álgebra elemental

Que debe y no debe hacer el inversor

Si

El inversor defensivo comprará:

1- Bonos del gobierno.
2- Una cartera diversificada de acciones ordinarias a precios que parezcan razonables a la luz de sus factores de valor inversión, como puede interpretarse por la experiencia pasada del mercado.
3- Acciones de fondos de inversión de primer nivel cuando el mercado general no está demasiado alto.

El inversor agresivo comprará:

4- 1, 2 y 3 como en el caso anterior.
5- Acciones de crecimiento, pero con precaución.
6- También, o alternativamente, acciones ordinarias representativas, cuando el mercado esté en pisos históricos.
7- Acciones ordinarias de segunda línea, bonos empresarios o acciones cuando alcancen valores de pichinchas.
8- Algunas acciones convertibles excepcionales.

No

1- Bonos de empresas o acciones preferidas, a menos que se rendimiento después de impuestos sea comparable al de títulos libres de riesgo.
2- Acciones de primera línea cuando el mercado esté en niveles elevados según se juzga por la experiencia pasada.
3- Títulos de segundo orden, a menos que los precios sean tentadoramente bajos.
4- Como un corolario de 3, no comprará emisiones de acciones ordinarias nuevas, salvo excepcionalmente (esto no se refiere a los derechos de suscripción).

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