En este post lo que queremos analizar es porqué los mercados financieros están bajando tanto de precio. Para nosotros esto sucede por los excesos provocados por las bajas tasas de interés de los últimos 15 años y la falta de controles que las acompañaron. Las consecuencias, la sobre-valorización de los activos.
El análisis nos lleva a pensar que los activos llegaron a un punto de valorización muy alto, provocado por créditos cada vez más baratos y por plazos de compra cada vez mayores, que ya era imposible para la mayoría de las personas poder adquirirlos si no era de esta manera.
¿Cuánto mas se podían estirar los plazos de las hipotecas y cuanto más del ingreso se podía destinar a pagarlas?. Pensar que las ultimas hipotecas ya prestaban el 110% del valor de la propiedad y otras dejaban pagar solo interés, sin amortización de capital, por los primeros 3 años.
El colapso llego cuando la suba de la inflación, provocada por el incremento en el precio de los commodities –otra burbuja armada por los especuladores que ya no tenían otro activo en donde colocar su dinero- hizo que los bancos centrales tuvieran que subir las tasas de interés. Esto hizo que las tasas de las hipotecas subieran, provocando que el dinero destinado al pago de éstas sea cada vez mayor, y por ende casi imposible de poder pagar. Primero dejaron de pagarse las hipotecas sub-prime en EE.UU. y después la morosidad se expandió por casi todos los países europeos.
El consumo excesivo provocado por el incremento de las propiedades y la idea de que esto nunca iba a acabar, hizo que los activos se sobre-valuen. Llegamos a esto con sólo realizar un simple cálculo financiero que muestra que una forma de evaluar los activos es con el índice Precio/Ganancias (Price-Earnings). Esto quiere decir que los activos valen por las ganancias que generan en el futuro.
Lo que se vio en estos últimos 15 años fue una suba exponencial en el precio de los activos dejando de lado las ganancias de la inversión, justamente porque ellos subían a base de crédito barato que se retroalimentaba, multiplicando el efecto, y dejando de lado la ganancia futura, que asociada a la inversión, este activo produciría. Paso con las acciones, con las propiedades, con los commodities, etc. Se comenzó a tomar en cuenta sólo el incremento en el precio del activo, debido al apalancamiento financiero –crédito barato y alargamiento de los plazos-. Se llego a tal nivel de endeudamiento, que ya no había mas personas que pudieran tomar mas deuda, que es justamente lo que ocurrió en EE.UU. hace varios años, cuando se crearon las hipotecas subprime para personas de bajos recursos que de otra manera no se podían endeudar. Endeudada al máximo la clase media, se bajo un nivel y se crearon mecanismos para que la clase baja también se pudiera endeudar excesivamente, y continuar, de esta manera, con la rueda.
Debido a esta irresponsabilidad, fueron justamente los productos financieros derivados de las hipotecas subprime los primeros en debilitarse. Estos productos eran cada vez más complejos –para poder ocultar el riesgo a los cuales estaban asociados-, lo que hacía que se perdiera la noción de lo que se estaba comprando en realidad y de las ganancias reales que esta inversión producía, al no ser otra cosa que contratos a base de créditos cada vez más inciertos y otorgados a personas que no tenían capacidad de pago suficiente, o una capacidad de pago muy acotada.
En este excelente gráfico de Robert J. Shiller se muestra la relación Precio/Ganancias del Dow Jones y cómo fue subiendo a medida que la burbuja se armaba.
El análisis nos lleva a pensar que los activos llegaron a un punto de valorización muy alto, provocado por créditos cada vez más baratos y por plazos de compra cada vez mayores, que ya era imposible para la mayoría de las personas poder adquirirlos si no era de esta manera.
¿Cuánto mas se podían estirar los plazos de las hipotecas y cuanto más del ingreso se podía destinar a pagarlas?. Pensar que las ultimas hipotecas ya prestaban el 110% del valor de la propiedad y otras dejaban pagar solo interés, sin amortización de capital, por los primeros 3 años.
El colapso llego cuando la suba de la inflación, provocada por el incremento en el precio de los commodities –otra burbuja armada por los especuladores que ya no tenían otro activo en donde colocar su dinero- hizo que los bancos centrales tuvieran que subir las tasas de interés. Esto hizo que las tasas de las hipotecas subieran, provocando que el dinero destinado al pago de éstas sea cada vez mayor, y por ende casi imposible de poder pagar. Primero dejaron de pagarse las hipotecas sub-prime en EE.UU. y después la morosidad se expandió por casi todos los países europeos.
El consumo excesivo provocado por el incremento de las propiedades y la idea de que esto nunca iba a acabar, hizo que los activos se sobre-valuen. Llegamos a esto con sólo realizar un simple cálculo financiero que muestra que una forma de evaluar los activos es con el índice Precio/Ganancias (Price-Earnings). Esto quiere decir que los activos valen por las ganancias que generan en el futuro.
Lo que se vio en estos últimos 15 años fue una suba exponencial en el precio de los activos dejando de lado las ganancias de la inversión, justamente porque ellos subían a base de crédito barato que se retroalimentaba, multiplicando el efecto, y dejando de lado la ganancia futura, que asociada a la inversión, este activo produciría. Paso con las acciones, con las propiedades, con los commodities, etc. Se comenzó a tomar en cuenta sólo el incremento en el precio del activo, debido al apalancamiento financiero –crédito barato y alargamiento de los plazos-. Se llego a tal nivel de endeudamiento, que ya no había mas personas que pudieran tomar mas deuda, que es justamente lo que ocurrió en EE.UU. hace varios años, cuando se crearon las hipotecas subprime para personas de bajos recursos que de otra manera no se podían endeudar. Endeudada al máximo la clase media, se bajo un nivel y se crearon mecanismos para que la clase baja también se pudiera endeudar excesivamente, y continuar, de esta manera, con la rueda.
Debido a esta irresponsabilidad, fueron justamente los productos financieros derivados de las hipotecas subprime los primeros en debilitarse. Estos productos eran cada vez más complejos –para poder ocultar el riesgo a los cuales estaban asociados-, lo que hacía que se perdiera la noción de lo que se estaba comprando en realidad y de las ganancias reales que esta inversión producía, al no ser otra cosa que contratos a base de créditos cada vez más inciertos y otorgados a personas que no tenían capacidad de pago suficiente, o una capacidad de pago muy acotada.
En este excelente gráfico de Robert J. Shiller se muestra la relación Precio/Ganancias del Dow Jones y cómo fue subiendo a medida que la burbuja se armaba.
En el momento en que el gráfico fue realizado, las acciones tenían una relación P/G mayor a 25, muy lejos igualmente de los 45 alcanzados en el 2000. Hoy, después de la baja sensacional que hemos visto, el P/G de algunas empresas ronda entre el 7 (Chevron, Exxon) y el 17 (Coca Cola).
Pero ¿Esto significa que las acciones dejarán de caer?. No, porque si las ganancias de las empresas disminuyen –por el enfriamiento de la economía y ¿el desendeudamiento de las familias?-, para mantener el mismo P/G, el precio de las acciones tendría que seguir bajando.
La cotización de las acciones subía debido a que el mercado inmobiliario impulsaba el crédito, ya que a medida que las propiedades subían –ya que el “saber popular” indicaba que las propiedades nunca bajan-, el crédito de los particulares subía, ellos consumían más, otorgándoles más beneficios a las empresas, y así sucesivamente, hasta que parte de ese excedente monetario provoco la suba del precio de los commodities. Pero las propiedades no subían porque las personas en EE.UU. y Europa ganaran mas dinero, sino porque era cada vez mas fácil poder comprarlas. Pero ahora que el valor de las mismas está bajando, este crédito se está diluyendo, conjuntamente con los activos de los bancos –créditos hipotecarios- y de las garantías de los préstamos anteriormente adjudicados.
Los commodities históricamente siempre son el último eslabón de la cadena, como se explica claramente en nuestro post "El reloj del inversor”, ya que estos se utilizan como resguardo ante la sobre-valorización de los otros activos. Lo paradójico de esto -por eso marca el fin de los ciclos-, es que quien invertía en ETF de commodities no esperaba una ganancia de la inversión producto de su comercialización, sino producto de la suba de su precio. Se invertía sólo porque se pensaba que el precio iba a seguir subiendo infinitamente.
La conclusión final es que el precio de los activos están ligados al crecimiento y decrecimiento de la producción económica. Un activo vale por lo que produce o por lo que va a producir, y una vez que esta relación precio/ganancia es exagerada, la caída de precio del bien, si no incrementa su ganancia, caerá indefectiblemente.
El mundo desarrollado creció y los activos subieron de valor como consecuencia del círculo vicioso del crédito barato y del ahorro negativo por parte de las personas, y esto fue más allá de la productividad de las empresas; ahora es el momento del ajuste, que las personas comiencen a pagar sus deudas y que los activos bajen hasta alcanzar su valor real. Un valor que no dependa mas del apalancamiento financiero excesivo.
2 comentarios:
El análisis me parece correcto, pero sigo sin entender como no hubo controles que trataron de evitarlo.
Lamentablemente seguiremos viendo caídas en los mercados, pero ya no con tanta intensidad, sino mas bien a medida que las ganancias de las empresas disminuyan.
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