24 marzo 2009

AIG y la Trampa de los Salvatajes

Por estos días todos habrán oído los vientos de alboroto que se oyen desde el Norte con el asunto de los U$D 165 millones que la empresa de seguros más grande del mundo rescatada por el contribuyente norteamericano repartió nada menos que entre empleados de la sección de AIG que manejaba los credit default swaps.

Estos credit default swaps no eran otra cosa que seguros contra default de papeles hipotecarios a los que se les dio otro nombre para esquivar las regulaciones que se aplican a los seguros normales. Es decir, estaban más apalancados de lo que la ley permite apalancarse a una compañía de seguros cuando asegura una casa o un auto.

Cuando empezaron a fallar los préstamos, AIG se vio desbordada por reclamos de pagos que eran obligaciones legales hacia sus clientes y fueron a tocarle la puerta al gobierno. En el mes de septiembre y durante un fin de semana bastante agitado y poco transparente, el Tesoro (Paulson en aquel momento) decidió que la quiebra de AIG implicaba un “riesgo sistémico” para el sistema financiero y puso sumas siderales (U$D 170.000 millones al día de hoy) para apuntalar la empresa a cambio del 80% de las acciones

La situación era grave porque la lista de clientes que había comprado estos productos de AIG era como un quién es quién de las finanzas internacionales: Citigroup, Barclay’s, Goldman Sachs, Deutsche Bank, BNP Paribas etc. El gobierno tomó las medidas claramente a disgusto, pero consideró que eran el mal menor por el riesgo enorme de corridas bancarias imparables que implicaba que estos grandes bancos no pudieran a su vez hacer frente a sus propias obligaciones por no poder cobrarle a AIG.

Ahora bien, y volviendo al punto de las “trampas” de los salvatajes: tanto los pagos en concepto de compensación que ha pagado AIG desde el salvataje (unos U$D 30.000 al día de hoy) como las bonificaciones a los empleados que tanto barullo están causando, son ahora RESPONSABILIDAD del gobierno al ser el accionista mayoritario de la empresa. Se produce entonces la espinosa situación de que a través de AIG, el gobierno está legalmente obligado a pagar compensaciones a bancos que por otro lado están recibiendo fondos del famoso TARP instaurado para apuntalar a los bancos, y también tiene una obligación contractual de pagar las bonificaciones acordadas con empleados cuando AIG era una empresa privada. ¿Alguien se sorprende de que esta semana hayan tenido que salir a imprimir otro millón de millones para comprarse a sí mismos bonos del Tesoro?

Ayer salió Geithner, actual Secretario del Tesoro, a explicar que él presionó para no invalidar esos contratos al momento del rescate por temor a las implicancias legales que tenía romper un contrato. Claro, que la opinión pública no se conforma con esa explicación, sobre todo porque los rescates (mucho menores) a las automotrices explicitaron pérdida de beneficios para los ejecutivos y los empleados de esas empresas. No así el rescate de AIG ni ninguno de los rescates bancarios.

Para los que entienden inglés, les paso un
artículo de Eliot Spitzer sobre la verdadera vergüenza del rescate de AIG. Según él, el escándalo no son tanto las bonificaciones sino que los bancos reciben pagos de 100 centavos por dólar, cuando si la compañía hubiese ido a la quiebra no habría sido así.

Para los que le quieren ver el lado divertido, acá hay un
número de un cómico muy conocido que “acepta contra su voluntad ser el líder de la horda popular para atacar a AIG”. Que lo disfruten.

3 comentarios:

Bull Spread dijo...

Vale aclarar que la autora de este post es Cassiopea. saludos.

Anónimo dijo...

La pucha, no te dejan digerir una cosa que ya se viene la otra. Con esto del plan que propone Geithner y con los chinos pidiendo una nueva divisa de reserva, creo que los tiempos se están acelerando aún más y estamos llegando a un punto de inflexión. Vamos a ver qué pasa en el Congreso, pero me parece que es una de dos. O el plan no pasa, renuncia Geithner y volvemos a fojas cero (a ver si la próxima nos sale mejor), o la ley pasa y el pueblo de EEUU les va a dar todos sus ahorros presentes y futuros a una manga de enfermos comatosos. Casiopea

Anónimo dijo...

La verdad, es una verguenza lo de estos tipos!
Ariel