¿Cómo puede adelantarse una empresa al futuro?
Para anticiparse al futuro hay que conocer el pasado. Sang Gu Yim ayuda a las grandes empresas a tomar decisiones sobre la estrategia que deben seguir y, para anticiparse al mercado, estudia mucha historia. «Si queremos saber cómo pueden ser las cosas dentro de diez años, tenemos que mirar al menos veinte años atrás», explica en las oficinas de Prodigioso Volcán, en Madrid.
El experto en juego de predicciones asesora a las compañías para que el futuro no les pille por sorpresa. «Miran demasiado el corto plazo y no advierten los grandes cambios. Por eso se mueren», especifica. Esta visión miope que no ve más allá de los objetivos para el año siguiente ha provocado que la esperanza de vida de una empresa sea cada vez más corta: «Observan demasiado el mercado de acciones. Están más pendiente de la Bolsa que de adaptarse al futuro».
Dice el foresight & strategy expert Gu Yim que muchas compañías dedican poco tiempo a observar, escanear y reflexionar sobre cómo evoluciona la sociedad. En su trabajo él hace justo lo contrario. Estudia ciclos largos, extrapola datos, intenta entender el presente desde distintos modelos sociológicos y con toda la información sobre la mesa asesora a empresas para que sigan siendo relevantes décadas después. «Hablamos de futuros posibles. Es más fácil hacer una predicción cuando miras las tendencias de periodos muy largos», indica.
Así fue como conoció la teoría The Fourth Turning y como, con el tiempo, descubrió que mucho del comportamiento humano se puede predecir. «En las épocas de miedo tendemos a pensar en términos de ‘yo’, ‘ahora’, ‘cerca’. En tiempos de confianza, pensamos en ‘nosotros’, ‘futuro’, ‘lejos’».
La obsesión del ideólogo de la Administración Trump con esta teoría
Steve Bannon, el empresario y banquero que asesora a Trump, está obsesionado con The Fourth Turning. Obstinado. Eso han publicado medios estadounidenses como Time o Business Insider, y alertan de que tomar esta teoría a pies juntillas, como parece estar haciendo el ideólogo más poderoso del nuevo gobierno de EEUU, puede suponer ciertos riesgos.
Howe y Strauss diseñaron este modelo para averiguar si las sociedades siguen unos ciclos, pero no es un manual para diseñar políticas de futuro. Tomarlo como determinismo histórico es peligroso porque puede hacer que un estadista fuerce una situación.
La advertencia que hizo Howe sobre la crisis que parece dominar esta época va en el sentido contrario. Es una alerta para evitar una catástrofe porque, en otros periodos, ante situaciones similares, estalló una guerra. Algunos medios estadounidenses temen que en el caso de Bannon esté teniendo el efecto contrario. El poderoso asesor de Trump podría estar forzando las políticas de aquel país para reventar la sociedad actual y que resurja de sus cenizas.
El invierno ha empezado. La historia avanza por ciclos igual que avanza la naturaleza. El paso de los años en la evolución humana está sujeta a fases de esplendor, como cuando brota la primavera, y fases devastadoras, como cuando el invierno hiela el campo. Uno sigue a otro en un ritmo cíclico que, en sus subidas y bajadas, evita el colapso mundial.
"Hay un ciclo misterioso en los eventos humanos"
Hace ya treinta años que los científicos sociales Neil Howe y William Strauss empezaron a estudiar la historia de Estados Unidos examinando el comportamiento de las generaciones en vez de la de los individuos. Para escribir su tratado sobre Generaciones (1990) partieron de las investigaciones de John Stuart Mill, August Compte, y José Ortega y Gasset. Antes todos ellos ya habían intentado analizar la historia tomando cada generación como una persona colectiva.
En su ensayo La idea de generación, el filósofo español explicaba que «la historia no se ocupa sólo de tal vida individual. Aun en el caso de que el historiador se proponga hacer una biografía, encuentra la vida de su personaje trabada con las vidas de otros hombres, y la de estos, a su vez, con otras; es decir, que cada vida está sumergida en una determinada circunstancia de una vida colectiva».
Así lo pensaba también Franklin Delano Roosevelt. El 27 de junio de 1936, en el discurso de su segundo mandato, dijo: «Hay un ciclo misterioso en los eventos humanos. A muchas generaciones le viene mucho dado. A otras se les requiere mucho. A esta generación de americanos les ha tocado una cita con el destino». Era como si el presidente de EEUU intuyera que esa generación, la llamada G.I. o Greatest Generation, tendría que afrontar la Segunda Guerra Mundial.
Strauss y Howe describieron una generación como un grupo de individuos que, en la misma fase de su vida, presencian los mismos acontecimientos y referentes históricos. Eso condiciona sus ideas, sus valores y su comportamiento, y los lleva a desarrollar un lenguaje, unas creencias y unas lecciones de vida propias.
Las generaciones que conviven en 2017:
—Generación Z (nacidos a partir de 2005)
—Milenials (nacidos entre 1982 y 2004)
—Generación X (1961-1981)
—Baby Boomers (1943-1960)
—Generación silenciosa (1925-1942)
Todos los que sufren una guerra comparten heridas. Los que levantan un país comparten euforia. Eso ocurrió en la España del siglo XX. La generación de posguerra o silenciosa (los individuos nacidos entre 1925 y 1942) quedaron marcados por la guerra civil y la dictadura fascista de aquel invierno de la historia. Eso los hizo sumisos y obedientes. En cambio, los baby boomers (nacidos entre 1943 y 1960) no tenían cicatrices de batalla ni aquel miedo atroz. Por eso, y por los aires rockeros y jipis que venían del Atlántico, tuvieron la valentía de derribar el régimen totalitario y las moralinas católicas que aplastaron a sus padres en el despertar de la primavera.
Howe y Strauss desarrollaron esta teoría en su libro The Fourth Turning (1997). Ambos, siguiendo las investigaciones del sociólogo Talcott Parsons, establecieron que el tiempo se mueve en ciclos de unos 88 años, y dentro de cada uno se suceden cuatro fases: la primera (que equivaldría a la primavera), la segunda (verano), la tercera (otoño) y la cuarta (invierno).
En cada fase conviven cuatro generaciones (infantil, jóvenes, mediana edad, vejez). Ahora incluso cinco, con el aumento de esperanza de vida. Aunque los más ancianos, los que forman la ‘vejez tardía’ que supera los 84 años, no participan en las dinámicas sociales. Están en retirada, como los esquimales que se alejan de su hogar para volver a la inexistencia de donde nacieron.
En cada momento conviven cuatro generaciones que influyen en las dinámicas sociales:
—Infantil (del nacimiento a 20 años)
—Adultos jóvenes (de 21 a 41)
—Mediana edad (de 42 a 62)
—Vejez (de 63 a 83)
Strauss y Howe estudiaron la historia de EEUU partiendo de la actualidad hasta llegar al siglo XV y vieron que cada 22 años, más o menos, se produce el cambio de era que equivaldría al paso de una estación a otra en la naturaleza. Esto coincide con el momento en que cada generación pasa al siguiente nivel de edad. Nace un nuevo grupo de individuos, los infantiles alcanzan la juventud, los jóvenes llegan a la edad mediana y los maduros entran en la vejez.
En este paso de un rol a otro se producen los cambios de temperamento de la sociedad. Es cuando atiza el miedo y la población se cierra en sí misma; cuando aflora la confianza y los humanos colaboran para crear grandes obras.
Estos cambios de era ocurren porque unas generaciones ganan protagonismo y otras lo pierden. Los que estén en su edad joven darán la identidad a la época. Los maduros ejercerán el poder. Para explicar por qué una determinada era sucede a otra, Strauss y Howe establecieron un arquetipo para cada generación: artistas, profetas, nómadas y héroes.
Artistas.
Nacen en una guerra o una gran crisis.
Son, sobre todo, flexibles.
Crecen en un momento de instituciones agresivas y grandes sacrificios personales, y esa dificultad hace que sus padres los sobreprotejan.
Esta generación es recordada porque sus líderes buscan el consenso.
Los artistas de hoy son los ancianos de la Generación silenciosa, que vivieron la Guerra civil y la Segunda Guerra Mundial, y los niños de la Generación Z, que nacieron con el colapso financiero de 2008 y que quizá crezcan con un frío helado que podría durar hasta 2030.
Profetas.
Nacen después de una gran guerra o una crisis desastrosa.
Son, sobre todo, idealistas.
La sociedad resurge de sus cenizas. Hay un ímpetu por restablecer una vida en comunidad y crear un nuevo orden social.
En su juventud, luchan sin miedo por lo que consideran justo. Más adelante, la mayoría predica mejor desde el púlpito que desde las barricadas.
Los profetas de hoy son los baby boomers, revolucionarios en su juventud y yuppies en su madurez.
Nómadas.
Nacen en «un despertar espiritual en el que la juventud se alza contra el orden institucional».
Son fundamentalmente reactivos.
De niños no tienen tanta protección como otras generaciones. De jóvenes se sienten alienados y, en su madurez, resultan pragmáticos.
Los nómadas de hoy forman la Generación X, los primeros niños digitales y muchos de los líderes de la actualidad.
Héroes.
Nacen en un tiempo de pragmatismo individualista, laissez faire y chovinismo nacional.
Se caracterizan por su civismo.
Tienen más protección de sus padres que la generación anterior y llegan a la edad adulta como jóvenes heroicos que tienen que enfrentarse a una crisis. Aunque en su vejez acaban siendo cuestionados por otro despertar espiritual.
Los héroes de hoy son los milenials, los jóvenes a los que, tras inflarlos con la cantinela de ser la generación mejor preparada de la historia, los mandaron al extranjero a buscar trabajo de camareros.
A ellos corresponde, según los dos historiadores, liderar una probable gran crisis en la década de 2020.
Últimas generaciones por arquetipos:
—Nómadas: Generación perdida (nacidos entre 1883 y 1900)
—Héroes: Generación G.I. (1901-1924)
—Artistas: Generación silenciosa (1925-1942)
—Profetas: Baby Boomers (1943-1960)
—Nómadas: Generación X (1961-1981)
—Futuros héroes: Milenials (1982-2004)
Los cuatro cambios de era de un ciclo se producen cuando los artistas, los profetas, los nómadas y los héroes pasan de un periodo de edad al siguiente. Aunque Howe y Strauss, los teóricos que acuñaron y popularizaron el término milenial, advirtieron que esta teoría no se rige por matemática exacta. Es un modelo que intenta describir el comportamiento social igual que la biología explica la naturaleza.
Estas eras históricas que se producen cada dos décadas más o menos no atienden a la exactitud del reloj ni al dictado del destino. Sólo repiten unos patrones igual que todas las primaveras hacen brotar las flores, pero cada una lo hace de un modo único y diferente.
«Las estaciones de la historia ocurren de forma inevitable, pero la duración varía un poco. Pueden llegar antes o después. A veces son más severas y a veces más suaves», indicó Howe en una entrevista con Casey Research. Pero lo que es incuestionable para el experto es que la evolución social siempre sigue una misma cadencia circular. Igual pensaban las culturas orientales milenarias y las sociedades antiguas. Si así funciona la Luna y el Sol, si así crecen y mueren las cosechas, ¿por qué habría de ser el humano distinto? «En los años 70 todos sabíamos que venía una nueva generación. Nos preguntábamos cómo serían los post baby boomers y todas las predicciones apuntaban a una generación aún más idealistas y apasionada. Pensaron incluso que sería una generación posmaterialista», indicó en la misma entrevista. «Pero la Generación X fue una sorpresa absoluta, con el hip-hop y su ostentación, la MTV y la fascinación por ser una ‘material girl’ o un chico ‘power tool’».
El error se produjo, según Howe, porque pensaron que la historia se movía de forma lineal. Aquellos jóvenes inesperados demostraron que el tiempo no avanza sobre una raya ascendente y dejaron claro que «cada generación joven intenta corregir o compensar lo que percibe como un exceso de la generación de mediana edad que está en el poder».
Primera fase (levantamiento):
El último First Turning ocurrió en los años cincuenta. En EEUU empezó en 1946, con la recuperación tras la II Guerra Mundial y acabó con el asesinato de Kennedy en 1963. En España vivían los duros años de posguerra. En estas épocas en que nacen los profetas y los héroes están en el poder, las instituciones son fuertes y apenas hay individualismo. Los jóvenes del momento, los artistas (nacidos entre 1925 y 1942), son prudentes y conformistas. En estos periodos, decía Parson, hay una alta demanda de orden social.
Segunda fase (despertar):
En el último Second Turning se produjeron las ‘revoluciones de la conciencia’ de EEUU. La primera, cuando los baby boomers eran jóvenes, levantó a los jipis contra el Gobierno. La segunda clamó contra los impuestos y acabó en las políticas neoliberales de Reagan y Thatcher en la década de los ochenta. En estos periodos, la población se hastía de la disciplina social e intenta derribar las instituciones para conquistar mayor autonomía personal. En España se tumbó la dictadura y se instauró la democracia.
Parson documentó que el anterior despertar, el Second Turning de finales del siglo XIX y principios del XX, trajo las protestas obreras y la reivindicación de los derechos de la mujer en EEUU. También lo hizo en España. En 1889 se fundó la UGT y en 1910, la CNT. El feminismo surgió con fuerza de la voz de grandes intelectuales como Carmen de Burgos.
Tercera fase (resolución):
El último Third Turning acaba de terminar. Empezó en los ochenta y acabó con la crisis financiera de 2008. Fue el bum económico en EEUU y también en España. Ocurrió en la juventud de los nómadas (nacidos entre 1961 y 1981) y la madurez de los baby boomers. Las instituciones empezaron a debilitarse. Los ciudadanos perdieron la confianza en ellas y en sus líderes.
Cuarta fase (crisis):
Hoy. El Fourth Turning comenzó con el desastre de Lehman Brothers y durará, probablemente, hasta una fecha cercana a 2030. En este periodo en el que los nómadas (Generación X) empiezan a estar al mando y los héroes (milenials) representan la juventud, la sociedad está llamada a resurgir de sus cenizas, después de una catástrofe o una amenaza importante. Es la era en la que se redefine la identidad nacional y resurgen las autoridades cívicas. El último Fourth Turning derivó de otra crisis financiera, el Crac de 1929, y acabó con la Segunda Guerra Mundial.
«Un Fourth Turning es una era en la que las instituciones, de repente, dejan de ser eficaces o se vienen abajo para que surja algo completamente nuevo. Es un momento de enorme reconstrucción de la vida política, económica y pública. Normalmente en respuesta urgente a una crisis que parece amenazar la supervivencia de la sociedad», indicó Howe en su conversación con The Casey Report.
«Todas las grandes guerras se han producido durante un Fourth Turning pero no pienso que sea incuestionable que surja una. (…) Para que la gente se movilice, la sociedad necesita al menos la perspectiva de un peligro extremo. Es interesante mirar atrás y ver que los líderes en los Fourth Turnings han sido acusados de jugar con fuego. En cambio, en los Third Turnings, los líderes promulgan que todo va bien».
Cambios de era más recientes en Occidente:
Crisis (Invierno, 4º fase: 1925-1945): Gran depresión, Guerra civil española y Segunda Guerra Mundial.
Esplendor (Primavera, 1º fase: 1946-1960): Bum de la posguerra en Occidente. A España llegó más tarde. Comenzó en la década de los sesenta.
Despertar (Verano, 2º fase: 1961-1981): Revolución de la conciencia. Algunos grupos, como los jipis, reclaman su libertad y autonomía personal. Surge el neoliberalismo económico. España siguió con su retraso de una década.
Desenredo (Otoño, 3º fase: 1982-2007): La era de Reagan y las guerras culturales. El individualismo llega a sus máximos y en el terreno económico culmina con las políticas neoliberales de Reagan y Thatcher. Desaparece el sentido colectivo que originó las grandes clases medias y reclaman un amplio margen de libertad para hacer fortunas sin que importe que a dos manzanas alguien duerme bajo un cartón.
Crisis (Invierno, 4º fase: 2008-?): El colapso de Lehman Brothers fue el primer toque de campana. Después vendría un fuerte azote a las clases medias. El enfrentamiento entre Occidente y el mundo musulmán ha llenado de metralletas los aeropuertos y las puertas de los museos. Las fronteras se elevan, la xenofobia dictan nuevas leyes.